Ya han pasado 1460 días desde que el Vecindario nos eliminara de la promoción de ascenso de la temporada 2005-06. El equipo entrenador por JIM hizo una campaña espectacular, clasificándose como primero de grupo, no habiendo perdido ningún partido en su feudo. En la ida, partido jugado en tierras canarias el resultado final fue de 2-2. El partido pudo finalizar con una renta más amplia para el Cartagena, pero el gol de Sívori no subió al marcador por fuera de juego, que no existió. Dos goles casi seguidos pusieron al Vecindario 2-0 en poco tiempo pero el Cartagena supo tirar de casta y Molist, primero, y después Sabino, pusieron el definitivo 2-2 en el marcador. Dentro de lo que cabía era un resultado esperanzador, ya que el empate clasificaba al Cartagena.Pero el destino le daría otra puñalada al Cartagena y en el minuto 43 de aquel aciago partido, Ruano, ex- cartagonovista, en un córner, introducía el balón dentro de las mallas cartageneristas con la rodilla. Sí es verdad que Cabrero, portero cartagenerista, pudo hacer algo más por detener aquel tiro de Ruano. Con el gol, el Cartagena se vino más arriba si cabe.
No recuerdo otro partido tan desgraciado en donde el Efesé le dio infinitas veces al palo, remató corners imposibles, centro balones casi perdidos, pero el gol se resistía. Por todo esto, la suerte pareció ponerse de nuestro lado en el minuto 78 de partido cuando el trencilla Melero López concedió un penalty al equipo portuario. Molist cogió el balón decidido a tirarlo, pero Sabino le pidió el balón y el catalán dejó que Sabino ejecutara la pena máxima. Y una vez más lloré. Lloré como nunca lo había hecho.Bueno sí, sólo una vez. 30 de Junio de 1999. Seguro que os suena la fecha. El Vecindario acabó ascendiendo y el Cartagena tardó tres temporadas más. Pero, a diferencia del equipo canario, el Cartagena ha llegado a la LFP para quedarse.Y para mucho tiempo.
No recuerdo otro partido tan desgraciado en donde el Efesé le dio infinitas veces al palo, remató corners imposibles, centro balones casi perdidos, pero el gol se resistía. Por todo esto, la suerte pareció ponerse de nuestro lado en el minuto 78 de partido cuando el trencilla Melero López concedió un penalty al equipo portuario. Molist cogió el balón decidido a tirarlo, pero Sabino le pidió el balón y el catalán dejó que Sabino ejecutara la pena máxima. Y una vez más lloré. Lloré como nunca lo había hecho.Bueno sí, sólo una vez. 30 de Junio de 1999. Seguro que os suena la fecha. El Vecindario acabó ascendiendo y el Cartagena tardó tres temporadas más. Pero, a diferencia del equipo canario, el Cartagena ha llegado a la LFP para quedarse.Y para mucho tiempo.
por favor ruego encarecidamnete que no se vuelvan a recordar mas las cosas malas que nos han pasado a lo largo de nuestra historia, sobretodo cuando estamos viviendo un par de años inolvidables.
ResponderEliminarPD: Esto es la naturaleza cartagenera, nunca nos acabamos de creer lo bueno que nos ocurre, y siempre estamos con lo negativo...