Aquí os dejo un artículo enviado por Luis, un amigo de Tarragona que como muchos otros, tiene algún lazo de unión con Cartagena por motivos de trabajo. Es un seguidor del Gimnástic de Taragona y lo plasma en la web Nástic Grana. En la siguientes líneas podréis conocer mejor al rival del FC Cartagena.
Conocido popularmente como Nàstic, el equipo tarraconense puede presumir de ser la institución deportiva, que no futbolística, más antigua de España ya que su origen data de 1886. La sección de fútbol se creó en 1914. Desde entonces no podemos decir que su andadura por el panorama futbolístico nacional haya sido para tirar cohetes. Solamente tres temporadas en primera división a finales de los cuarenta y otra un poco más reciente. Eso sí, nadie nos quitará la condición de ser el primer equipo nacional que jugó en el Santiago Bernabéu, Chamartín en aquellos años, y que además ganó al anfitrión, Real Madrid, por 1-3. Mucho llovió desde entonces y su andadura estuvo casi siempre en segunda división B y tercera con algunas apariciones por la Segunda. Los últimos años parece que nos estamos aposentando un poco más en la categoría de plata.
La temporada actual empezó como lo hizo la anterior. Desvandada general de la plantilla. Jugadores del nivel de Miku (Getafe), Diop (Rácing Santander), Jordi Alba (Valencia) y Víctor Casadesus (Mallorca) junto a otros como Antonio López (Albacete), Tortolero y Calle (ambos al Girona), Jandro (me parece apartado recientemente del Elche) o Moisés (profesional como la copa de un pino y muy querido por la afición del Nàstic. Fue al Huesca) volvieron a dejar al equipo en cuadro. Fueron unas trece caras nuevas que recalaron en Tarragona y se pusieron bajo las órdenes de un César Ferrando ya cuestionado por parte de la opinión pública por la manera tan rácana en que planteaba los partidos pero apoyado en todo momento por la directiva del equipo. De los que llegaron quizás los más conocidos por sus estancias pasadas en equipos de primera división fueron Curro Torres, Parri, Miguel Ángel, Jorge y Morán. Estos, junto con otros que habían destacado la temporada anterior en Segunda como Rubén Navarro y Roberto y los que ya estaban en plantilla tales como Ruben Pérez, David Medina, Campano, N'Gal y José Mari formarían el bloque del equipo para que en la presente temporada se pudiera disputar la liga Adelante con ciertas garantías. Aunque los medios de comunicación a veces exageran un poco y nos daban como candidatos al ascenso a primera, la afición, que no es tonta, sabía que eso era una utopía y que lo que verdaderamente quería es que su equipo jugase bien y estar en la parte alta de la tabla sin pasar apuros, vamos, disfrutar. Luego, al final del campeonato si estás en la pomada para luchar por el ascenso, perfecto, pero no era el objetivo principal de los seguidores.
Pues bien, de querer pasar una temporada tranquila se ha pasado a mirar, aunque no estemos en una situación muy crítica de momento, de reojo la parte baja de la clasificación. Nos hemos convertido en el mejor visitante y en el peor local de la categoría, puro contraste. En casa el juego ha sido durante toda la temporada nefasto. La imprecisión y la falta de ambición y concentración han sido nuestras credenciales en el Nou Estadi. César Ferrando no ha sabido transmitir ese aire de equipo grande y sólido que tendría que tener el Nàstic haciendo de los partidos como local un verdadero suplicio para la afición y jugadores.
Llegó el mercado de invierno y con él casi se marcha del equipo Walter el cual tuvo una oferta del Málaga que no llegó a cuajar por motivos económicos. Con el nuevo año llegaron a Tarragona dos incorporaciones nuevas, del Real Cartagena (Colombia) llegó Mauricio Arroyo, 21 años, mediocampista con poco protagonismo hasta la fecha, y otro centrocampista, el brasileño Pablo Barros de 22 años, de corte más defensivo cedido del Zaragoza que después de salir de una lesión tampoco se puede decir que sea pieza clave. Posiblemente este sábado contra el Cartagena ni juegue de titular ante el alta médica de David Bauzá.
Se aguantó al técnico todo lo que se pudo pero después de varias semanas oyendo en el Nou Estadi la típica frase “César vete ya” por parte de los aficionados y en medio de una crisis total, ya no de juego, si no también de resultados César Ferrando fue cesado ocupando su lugar otro César, Luis, el que nos devolvió la ilusión hace pocas temporadas llevándonos a la máxima categoría del fútbol español. Con Luis César el equipo poco a poco va cambiando, a mejor, la manera de plantear los partidos. El último en casa contra el Huelva aunque se empató ya se comenzó a ver cosas nuevas. Arriba se hilvanaban mejor las jugadas aunque no se materializaban en gol. La fuerte presión permitía recuperar numerosos balones. Se veían jugadas de estrategia. El equipo se le notaba más trabajado. El punto negro para esa posible recuperación total era la defensa que hacía, y hace, aguas por todas partes. Esa defensa, que de todas maneras es la que a su vez nos está consiguiendo últimamente valiosos puntos con sus goles ya que los de arriba no acaban de concretar las oportunidades que tienen. Del Nàstic actual destacaría la labor de Morán como cerebro, la lucha y profesionalidad de Jose Mari arriba (el Cartagena no lo sufrirá), el desparpajo de Walter y Álex Cruz (internacional sub-21), el saber estar del líder del equipo Campano (tiene un guante en el pie, ojo con las faltas al borde del área), la solided de David Medina y la seguridad de Rubén Pérez en la portería aunque lleva unas jornadas un poco despistadillo.
Con una deuda, reconocida, de unos 4,5 millones de euros, herencia de la antigua junta hasta hace poco al mando del equipo, el aficionado espera que al menos esta situación sirva para evitar fichar sin ton ni son y que la próxima temporada se dé más oportunidades a la cantera del Nàstic, a jugadores del filial (La Pobla de Mafumet) que milita en Tercera división o a jugadores del Gimnàstic Juvenil, segundos en el Grupo 7 de División de Honor y clasificados para jugar la Copa del Rey de Juveniles.
Esperemos que este sábado se vea un buen encuentro por parte de los dos equipos y que después de su paso por Tarragona el FC Cartagena consiga ese ansiado ascenso que personalmente creo que, a parte de merecérselo, lo va a conseguir. Para los que viajen a nuestra ciudad decirles que Tarragona en general y la afición del Nàstic en particular les recibirá con los brazos abiertos y el hermanamiento entre las dos hinchadas está garantizado.
Saludos a todos: Luis de Nastic Grana.
La temporada actual empezó como lo hizo la anterior. Desvandada general de la plantilla. Jugadores del nivel de Miku (Getafe), Diop (Rácing Santander), Jordi Alba (Valencia) y Víctor Casadesus (Mallorca) junto a otros como Antonio López (Albacete), Tortolero y Calle (ambos al Girona), Jandro (me parece apartado recientemente del Elche) o Moisés (profesional como la copa de un pino y muy querido por la afición del Nàstic. Fue al Huesca) volvieron a dejar al equipo en cuadro. Fueron unas trece caras nuevas que recalaron en Tarragona y se pusieron bajo las órdenes de un César Ferrando ya cuestionado por parte de la opinión pública por la manera tan rácana en que planteaba los partidos pero apoyado en todo momento por la directiva del equipo. De los que llegaron quizás los más conocidos por sus estancias pasadas en equipos de primera división fueron Curro Torres, Parri, Miguel Ángel, Jorge y Morán. Estos, junto con otros que habían destacado la temporada anterior en Segunda como Rubén Navarro y Roberto y los que ya estaban en plantilla tales como Ruben Pérez, David Medina, Campano, N'Gal y José Mari formarían el bloque del equipo para que en la presente temporada se pudiera disputar la liga Adelante con ciertas garantías. Aunque los medios de comunicación a veces exageran un poco y nos daban como candidatos al ascenso a primera, la afición, que no es tonta, sabía que eso era una utopía y que lo que verdaderamente quería es que su equipo jugase bien y estar en la parte alta de la tabla sin pasar apuros, vamos, disfrutar. Luego, al final del campeonato si estás en la pomada para luchar por el ascenso, perfecto, pero no era el objetivo principal de los seguidores.
Pues bien, de querer pasar una temporada tranquila se ha pasado a mirar, aunque no estemos en una situación muy crítica de momento, de reojo la parte baja de la clasificación. Nos hemos convertido en el mejor visitante y en el peor local de la categoría, puro contraste. En casa el juego ha sido durante toda la temporada nefasto. La imprecisión y la falta de ambición y concentración han sido nuestras credenciales en el Nou Estadi. César Ferrando no ha sabido transmitir ese aire de equipo grande y sólido que tendría que tener el Nàstic haciendo de los partidos como local un verdadero suplicio para la afición y jugadores.
Llegó el mercado de invierno y con él casi se marcha del equipo Walter el cual tuvo una oferta del Málaga que no llegó a cuajar por motivos económicos. Con el nuevo año llegaron a Tarragona dos incorporaciones nuevas, del Real Cartagena (Colombia) llegó Mauricio Arroyo, 21 años, mediocampista con poco protagonismo hasta la fecha, y otro centrocampista, el brasileño Pablo Barros de 22 años, de corte más defensivo cedido del Zaragoza que después de salir de una lesión tampoco se puede decir que sea pieza clave. Posiblemente este sábado contra el Cartagena ni juegue de titular ante el alta médica de David Bauzá.
Se aguantó al técnico todo lo que se pudo pero después de varias semanas oyendo en el Nou Estadi la típica frase “César vete ya” por parte de los aficionados y en medio de una crisis total, ya no de juego, si no también de resultados César Ferrando fue cesado ocupando su lugar otro César, Luis, el que nos devolvió la ilusión hace pocas temporadas llevándonos a la máxima categoría del fútbol español. Con Luis César el equipo poco a poco va cambiando, a mejor, la manera de plantear los partidos. El último en casa contra el Huelva aunque se empató ya se comenzó a ver cosas nuevas. Arriba se hilvanaban mejor las jugadas aunque no se materializaban en gol. La fuerte presión permitía recuperar numerosos balones. Se veían jugadas de estrategia. El equipo se le notaba más trabajado. El punto negro para esa posible recuperación total era la defensa que hacía, y hace, aguas por todas partes. Esa defensa, que de todas maneras es la que a su vez nos está consiguiendo últimamente valiosos puntos con sus goles ya que los de arriba no acaban de concretar las oportunidades que tienen. Del Nàstic actual destacaría la labor de Morán como cerebro, la lucha y profesionalidad de Jose Mari arriba (el Cartagena no lo sufrirá), el desparpajo de Walter y Álex Cruz (internacional sub-21), el saber estar del líder del equipo Campano (tiene un guante en el pie, ojo con las faltas al borde del área), la solided de David Medina y la seguridad de Rubén Pérez en la portería aunque lleva unas jornadas un poco despistadillo.
Con una deuda, reconocida, de unos 4,5 millones de euros, herencia de la antigua junta hasta hace poco al mando del equipo, el aficionado espera que al menos esta situación sirva para evitar fichar sin ton ni son y que la próxima temporada se dé más oportunidades a la cantera del Nàstic, a jugadores del filial (La Pobla de Mafumet) que milita en Tercera división o a jugadores del Gimnàstic Juvenil, segundos en el Grupo 7 de División de Honor y clasificados para jugar la Copa del Rey de Juveniles.
Esperemos que este sábado se vea un buen encuentro por parte de los dos equipos y que después de su paso por Tarragona el FC Cartagena consiga ese ansiado ascenso que personalmente creo que, a parte de merecérselo, lo va a conseguir. Para los que viajen a nuestra ciudad decirles que Tarragona en general y la afición del Nàstic en particular les recibirá con los brazos abiertos y el hermanamiento entre las dos hinchadas está garantizado.
Saludos a todos: Luis de Nastic Grana.
ke nos dejen los tres puntos !!
ResponderEliminarvamos cartagena vamos efesé
ResponderEliminar